Dios

Aún no sé cómo o cuando

hubo aleteo de pájaros quietud y encuentro.

Diana hablo

Bajo tu mandato Señor

– era sabiduría de otros planos-

Tu puño golpeaste mandando

Una sentencia, vestida de advertencia

Tu mano cayó en golpe mortal

Al Ego al dolor eterno

a mí mismidad toda quieta temerosa,

«Yo soy el que yo soy»

espasmo certezas desde fuera entrando

Armonía y espanto,

Éxtasis y cielo claro,

Sentí una voz límpida

Limitando mí ser derramado.

«-¡Ten cuidado y despierta ya,

O te pudriras en ese

«tu» ovillo falso,

Haz de una vez, calla más mujer!»

Vives! respiras

¡Pues crea acciona, haz

ya fue suficiente,

cumple conmigo:

siendo contigo,

Es hora que seas lo que se, que eres!

Te cree, te di regalos, úsalos bien,

El tiempo ha llegado!

Ya déja de tejer cual Penélope,

esa no eres tu! ¡Despierta!

Toma cualquiera de los trajes de Yo,

y ya juega, entre acuarelas

fórmulas risas y baila,

Danza en mí honor vuelvete eterna!»

Silencio en Diana revoloteo de alas

Erizadando la piel

Cerrada la herida,

estupefacta

Concebì el todo y la nada

de rodillas cai,

extenuada,

-más feliz alegre cantaba- una nana

al viento golpeando mí cara

Volví de algún lado

Diciendo tres veces Gracias…

Un colibrí voló esa mañana…

——————————————————-